REFLEXIóN: BASADO EN EL IBRO DE ESDRAS

El pueblo judío había regresado a Jerusalén luego de setenta años de cautiverio en Babilonia. Habían pagado un precio enorme por su idolatría e infidelidad espiritual al Señor. En el cautiverio aprendieron lecciones vitales y ya no deseaban repetir los errores de sus antepasados.

Tan pronto retornaron a Jerusalén se reunieron como un solo hombre para reconstruir el altar del Dios de Israel. La razón, es que estaban aterrorizados de los pueblos que les rodeaban.

Uno debería preguntarse entonces, ¿no hubiera sido más lógico que construyeran primero el muro que debía rodear la ciudad, luego el templo y finalmente el altar? Desde el punto de vista humano, el muro de piedras hubiera ofrecido mucha mejor protección que un mero altar de piedras. ¿No es así? ¡Jamás! Los judíos supieron distinguir muy bien que viene primero, y que viene último. Cuales deben ser las prioridades para un hijo de Dios. Sabían que si cumplían los mandamientos del Señor y sus vidas eran agradables a sus ojos santos, El mismo se encargaría de dispersar sus enemigos no importaba cuan feroces fueran. Sabían que si estaban en el centro de su voluntad, el resto era poca cosa. Por lo tanto, primero construyeron el altar del Señor. El lugar donde se encontrarían con el Dios viviente y ofrecerían el verdadero sacrificio espiritual, que eran su oraciones.

Esta historia tiene lecciones muy importantes para ustedes y para mí. ¿Estás atemorizado en estos días? Tus enemigos físicos y espirituales ¿te aterrorizan? Temes que Satanás va a devorar tus hijos? Ves como la enfermedad devora tus fuerzas y tu cuerpo? La pregunta es, ¿como les vas a hacer frente? ¿Construyendo un muro de piedras? De nada te valdrá. Todas nuestras ideas, planes y estrategias humanas terminarán en la nada. Solamente cuando nuestras prioridades están en orden, y funcionamos de acuerdo al plan de Dios, es que nuestro enemigos serán dispersados.
Puedo preguntarte, ¿cómo está el altar de Dios en tu vida? ¿Cómo está el altar de tus oraciones y tu devoción privada al Dios todopoderoso en cuyas manos está tu vida? ¿Cuánto tiempo pasas a diario ofreciendo oración al Salvador que te amó y te dio vida eterna a costo de su propia vida? ¿Cómo está el altar de tus devociones como familia?
El pueblo judío aprendió la lección, ¿la has aprendido tú? Quiera el Señor que tu ministerio frente al altar del Señor sea tu momento más feliz del día, y la actividad más anhelada de todas las que debes cumplir. Los resultados, serán siempre asombrosos. Lee el resto de la historia en el libro de Esdras, y verás como Dios honró la fe de aquella generación. Lo mismo puede hacerlo hoy.

Construye el altar. Mantén siempre viva la llama de tu devoción a Jesucristo. El resto es solo cuestión de que Dios mueva su mano. A victoria y conquistas espirituales hemos sido llamados. El Señor te bendiga en todo.

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